“Yo nací para esto”.
“Soy el mejor en eso”.
“A mí todo me sale perfecto”.
“Todos me buscan para eso”.
“Esto es súper fácil, lo puedo hacer con los ojos cerrados”.
Estas frases reflejan pura confianza, ¿verdad? Palabras como “mejor”, “siempre” y “todos” no dejan lugar a dudas. Es por esto que es bastante tentador creer en afirmaciones tan contundentes, especialmente cuando no nos sentimos muy seguros de nosotros mismos.
Pero hay un problema con esta forma de desarrollar la confianza en uno mismo: en el fondo sabemos que este tipo de alardes extremos, en blanco y negro, no son del todo ciertos. Y eso acaba aumentando nuestras dudas y minando nuestra confianza.
No somos tontos. Aunque esto es muy subjetivo, sabemos que solo una persona en el mundo puede ser realmente “la mejor en algo”, y lo más probable es que no seamos nosotros. Sabemos que a lo largo del tiempo, hemos cometido, seguimos y seguiremos cometiendo errores, simplemente porque somos humanos y eso es exactamente lo que hace la gente. Sabemos que se necesita mucho trabajo para sobresalir realmente en algo y que no simplemente por nacer ya somos expertos. Es un hecho que por más dones que tengamos, el talento nunca es suficiente.
Esta es la realidad que ya conoces en tu interior: cuanto más certeza tengas de algo, más matices tendrá. Como muchas veces lo has sentido, muy pocas cosas en la vida son en blanco y negro. Todo es un espectro con muchas zonas grises y una significativa cantidad de posibilidades.
Para sentirte más seguro de ti mismo y de tu trabajo, tienes que ser realista. Tal cual lo expresa Daniel Goleman en su excelente libro Inteligencia emocional en el trabajo:
“Para que la confianza tenga un impacto positivo en uno mismo, debe estar alineada con la realidad”.
Pero ¿qué significa eso de: “estar alineado con la realidad”? ¿Cómo podemos hacer algo así? ¿Cuál es la mejor manera de hablar de nosotros mismos?
Echemos un vistazo a tres formas sencillas y realistas de desarrollar la confianza en uno mismo en tu carrera.
#1: Busca evidencia de tus fortalezas
Una de las mejores formas de aumentar tu confianza es observar tu pasado y ser consciente de tus puntos fuertes.
De hecho, al ayudarte a ver quién eres realmente, la autoconciencia construye una base esencial para la confianza en tí mismo. Eso puede significar que tengas una visión precisa de tus habilidades, desempeño, fortalezas, valores y temperamento.
Cuanto más sepas quién eres, más fácil te será aceptar y dejar ir a quien no eres. Así es como ganas confianza.
Ejemplos de evidencia objetiva
Así es como podrías ver esto en la práctica. En la izquierda, tenemos declaraciones que apuntan a un vago exceso de confianza que nos deja dudas persistentes y no nos ayuda a superar los tiempos difíciles. A la derecha, tenemos evidencia contundente que es a la vez tanto realista, como precisa, dos factores clave para generar confianza.
“Soy el mejor vendedor de la empresa”.
vs.
“Consistentemente cumplo o supero mis objetivos de ventas en un 15% y los clientes a menudo solicitan volver a trabajar conmigo”.
“Nací para ser un líder”.
vs.
“Después de realizar una evaluación de liderazgo, mis resultados muestran que soy particularmente fuerte en la motivación del equipo, la resolución de conflictos y el alcance de los objetivos”.
“Soy el único que puede solucionar este problema”.
vs.
“Resolví problemas similares en dos proyectos importantes y habitualmente me consultan para solucionar problemas relacionados”.
“Nunca cometo errores en mis informes”.
vs.
“Constantemente mis clientes elogian mis informes. Según ellos, es evidente la precisión y atención al detalle”.
“Todo el mundo depende de mí para tomar decisiones estratégicas”.
vs.
“He estado involucrado en procesos clave de toma de decisiones para los dos últimos proyectos estratégicos, donde mis aportes dieron forma al plan final”.
“Soy un experto en manejar las quejas de los clientes”.
vs.
“Según nuestras encuestas de opinión, durante el último trimestre, el 90 % de las quejas de mis clientes fueron resueltas en menos de 24 horas”.
“Sé todo lo que hay que saber sobre este mercado”.
vs.
“Este año completé cinco informes de investigación de mercado a partir de los cuales identifiqué tres tendencias emergentes que dieron forma a nuestra estrategia actual”.
“Voy a ser increíble en mi nuevo trabajo”.
vs.
“Mis 8 años de experiencia en mi campo me proporcionarán una base sólida sobre la que desarrollar mi nuevo trabajo”.
“Soy el mejor negociando con los proveedores”.
vs.
“En los últimos 6 meses, negocié exitosamente con proveedores, contratos que le ahorraron a la empresa un 20% en costos de materiales”.
¿Ves la diferencia? Hablar es fácil. Cualquiera puede decir el tipo de cosas descritas en la columna de la izquierda. Pero son las declaraciones de la columna derecha las que realmente son percibidas como prueba de éxito. La razón de ello es que son:
- Hechos objetivos
- Relacionados con eventos específicos
- Detallados y realistas
- Basados en comentarios de otros
Hay muchas formas de recopilar pruebas de tus habilidades. Prueba con esto, tal vez podrías:
- Realizar una evaluación de fortalezas (como CliftonStrengths)
- Mantener una lista actualizada de tus victorias
- Revisar tu trabajo anterior
- Solicitar comentarios de otros
Cuanto más consciente seas de tus puntos fuertes y de tu historial de éxito, menos sentirás la necesidad de alardear. En cambio, tendrás una profunda sensación de confianza en tu trabajo y en tus cualidades como profesional.
#2: Aprende algo para la próxima vez
¿Sabías que el 70% de las personas se sienten un fraude en algún momento de sus vidas? Incluso hay un nombre para el fenómeno: síndrome del impostor.
La ironía es que cuanto más exitoso es alguien, más probabilidades hay de que dude de sí mismo y cuestione si realmente lo merece.
Eso nos dice que los éxitos pasados no son suficientes para darnos plena confianza. Como bien dice el dicho: “No podemos dormirnos en los laureles”. De ser así, con el paso del tiempo todavía te estarás preguntando: “¿Qué pasará la próxima vez? ¿Será que puedo lograrlo de nuevo?”
Probablemente te hayas enfrentado a la misma situación una y otra vez a lo largo de tu carrera. Quizás tu proyecto requiera que aprendas nuevo software o metodologías, o tu equipo tiene una dinámica complicada. Tal vez te enfrentes al reto de encontrar una manera diplomática de explicarle algo delicado a tu cliente o te sientas desafiado por un cronograma que es demasiado corto para hacer realmente un buen trabajo. También es posible que estés en medio de algo y de repente te des cuenta de que te falta información trascendental o una habilidad clave.
Lo más probable es que hayas respondido a cada uno de estos desafíos y hayas aprendido algo nuevo en el camino. Esa es la sabiduría de la experiencia que tanto buscan tanto empleadores, como clientes. Todo esto también es parte de la base de tu confianza en tí mismo como profesional.
Un proceso simple
Ahora lleva esa sabiduría un paso más allá y hazle un favor a tu futuro. Cuando aprendas algo, conviértelo en una píldora de sabiduría que puedas utilizar la próxima vez.
Esto es bastante fácil de poner en práctica:
1. Tómate unos minutos para reflexionar sobre una experiencia reciente.
2. Piensa en qué partes salieron bien y cuáles no.
3. Piensa en aquello que hiciste y que para bien o para mal, contribuyó a la situación.
4. Piensa en cómo podrías haberlo hecho mejor.
Si haces este ejercicio de introspección ¡Boom, ahí está tu píldora de sabiduría para el futuro! Luego, conviértela en una declaración simple, como:
“Ahora sé que tal cosa debe hacerse primero cada vez que aparece tal otra, y ello es clave para agilizar el proceso”.
“Aprendí que, cuando trabajo bajo presión, debo hacer de equis cosa una prioridad”.
“En el futuro, cada vez que comience un proyecto, para asegurarme de tener todo lo que necesito, me tomaré el tiempo para revisar equis cosa”.
“Cuando me enfrente nuevamente a desafíos como: ______. Recibiré comentarios desde el principio, ello me hará saber que estoy en el camino correcto”.
“Ahora que sé pedir tal cosa cuando sucede tal otra, sé que puedo manejarlo mejor”.
Haz de esto un hábito y comenzarás a sentirte más preparado para cualquier situación que pueda surgir en tu trabajo.
#3: Aprende cómo hablar de tí mismo
Una vez que hayas pensado y reflexionado un poco sobre tus fortalezas, habilidades y éxitos, estarás listo para adoptar nuestro tercer y último consejo.
¿Alguna vez has oído hablar de un “elevator pitch” (discurso de ascensor)? Imagina que tienes “la idea del millón de dólares”. Estás subiendo para asistir a una reunión cuando el director ejecutivo de tu empresa entra en el ascensor. Tienes 30 segundos para convencerlo de que vale la pena invertir en tu idea antes de que llegue a su piso, salga rumbo a su destino y pierdas su atención. ¿Qué le dirías? ¿Cuál sería tu discurso? Ese es tu elevator pitch: un argumento preciso, conciso y completamente convincente.
Puedes utilizar esta misma idea para ayudarte a desarrollar confianza en ti mismo y en tus habilidades.
Tómate un tiempo para escribir algunos resúmenes de lo que tienes para ofrecer como profesional. Pueden ser generales o relacionarse con una habilidad o fortaleza específica. Sigue todas las pautas de las que hemos hablado: deben ser específicas, realistas, al menos algo objetivas y relacionadas con la retroalimentación externa.
Haz que se vuelva un hábito que, varias veces al mes, vuelvas a leer tus discursos de ascensor. Esta práctica te recordará las verdades que ya has aprendido sobre ti mismo.
Ejemplos de “presentaciones de ascensor” en las que haces énfasis en tus cualidades personales
“Donde otros ven obstáculos, yo veo soluciones. Ya sea ideando un nuevo enfoque para agilizar los procesos o encontrando una solución creativa cuando las cosas no salen según lo planeado, puedo adaptarme rápidamente y pensar fuera de lo común. Mis colegas a menudo confían en mí cuando están estancados y me enorgullece ser alguien que ayuda al equipo a avanzar con ideas innovadoras”.
o
“Mi capacidad para sintetizar datos complejos y presentarlos de una manera fácil de entender es una de mis fortalezas clave. Soy bueno para detectar tendencias y patrones que otros podrían pasar por alto y disfruto trabajando con equipos para traducir esos conocimientos en estrategias viables. Mis clientes aprecian que pueda explicar el “por qué” detrás de los números y ayudarlos a tomar decisiones basadas en datos”.
o
“Tengo una habilidad especial para equilibrar el panorama general con los detalles más sutiles. Puedo liderar equipos para lograr nuestros objetivos y, al mismo tiempo, asegurarme de que nada se escape. La gente confía en mí para gestionar tareas complejas y delegar de manera efectiva, sabiendo que lograré mantener todo organizado y avanzando. También soy reconocido por ser alguien que se toma el tiempo para revisar todo cuidadosamente, lo que me ha ganado la reputación de producir resultados consistentes y de alta calidad”.
Tener resúmenes como estos también puede ayudar a tu carrera. Cuando estés creando o mejorando tus redes de contactos “networking”, tendrás detalles específicos listos para compartir sobre tu trabajo. En las entrevistas, podrás presentar un caso convincente de por qué eres un gran candidato. Con tu jefe, estarás listo para discutir tu trabajo con franqueza y confianza, y estarás más abierto a recibir comentarios que puedan ayudarte a sobresalir.
Para tener en mente…
Desarrollar tu confianza en ti mismo es un proceso que literalmente cambia tu mente. No sólo altera la química de tu cerebro, sino que, a medida que empieces a pensar de manera diferente sobre ti mismo, también se crearán nuevas vías neuronales.
En una frase: cuanto más practiques, más fácil te resultará.
Este proceso lleva tiempo, así que no te preocupes. También ayuda ser consistente. Trata de no volver a caer en viejos hábitos de exceso de confianza o menospreciarte a tí mismo. Sólo mantén tus pensamientos y reflexiones basados en hechos o cosas reales.
Conclusión
Si quieres sentirte más seguro de tí mismo y de tu trabajo, toma más conciencia de quién eres y qué puedes aportar.
A medida que recopilas evidencia objetiva, piensa conscientemente en cómo manejarás las cosas en el futuro. Aprende a describirte de manera positiva; solo así crearás un entorno equilibrado donde la verdadera confianza podrá fortalecerse.
Prueba estas estrategias durante unos meses y te sorprenderá lo diferente que te sientes, no sólo con respecto a tu trabajo, sino también con respecto a tu valor como profesional, tu potencial y tu futuro.