Autoconciencia o Conciencia de sí mismo: la madre de toda inteligencia emocional

Triste, enojado o contento.

Esas son las únicas tres emociones que la persona promedio nota, escribe la profesora e investigadora Brené Brown en su libro Atlas of the Heart

Tómate un segundo y piensa en todas las demás emociones que sabes que existen: compasión, celos, gratitud, asco, decepción, agobio, esperanza, orgullo, alivio, reverencia, ansiedad, sorpresa, nostalgia, vergüenza; entre muchas otras.

La verdad inevitable es que la mayoría de nosotros caminamos por la vida con un nivel bastante bajo de autoconciencia. Lo peor de esto es que la mayoría ni siquiera sabe de lo que se está perdiendo.

En esta publicación, analizaremos más de cerca la autoconciencia, también conocida como conciencia de sí mismo y cómo se relaciona con la inteligencia emocional. Y lo más importante, vamos a preguntar: ¿Cómo afecta la falta de autoconciencia a tu carrera?

¿Qué es la autoconciencia?

En pocas palabras, la autoconciencia significa que te comprendes a ti mismo en un nivel profundo. 

Implica que conoces tus necesidades. Tus deseos. Tus procesos de pensamiento. Tus emociones. Tus fortalezas y debilidades. Tus valores y motivaciones. Cómo afectas a las personas que te rodean. También significa que ves y aceptas estas partes fundamentales de ti mismo. 

Para la mayoría de las personas, eso es una tarea difícil. De hecho, puedes apostar a que la mayoría de las personas prefieren no ser conscientes de sí mismas porque quieren evitar sentimientos incómodos como la culpa y la vergüenza.

No obstante, si eres el tipo de persona que quiere más de tu carrera, si estás dispuesto a esforzarte, si crees que eres capaz de aprender y crecer, la autoconciencia te abrirá todo tipo de puertas.

Autoconciencia e inteligencia emocional

De la misma manera en que no puedes simplemente ignorar para siempre el pescado cuya fecha de vencimiento caducó hace mucho tiempo y que aún tienes en el refrigerador, tampoco puedes ignorar tus emociones, por el contrario, debes aprender a enfrentarlas para desarrollar tu inteligencia emocional y todas las demás habilidades interpersonales que respalda la IE. 

Como seguramente ya has observado, la autoconciencia es el primer paso para lograrlo. De hecho, según Daniel Goleman, el psicólogo que fue pionero en el concepto y es autor del libro La inteligencia emocional en la empresa, hay tres aspectos fundamentales de la IE que dependen de la autoconciencia.

  1. La conciencia emocional nos da pistas sobre cómo nuestras emociones están afectando nuestros pensamientos, comportamiento e interacciones con los demás. Esto es especialmente importante en el lugar de trabajo, donde las expectativas son altas y el estrés y los conflictos interpersonales pueden desencadenar avalanchas de sentimientos. La conciencia emocional también nos ayuda a comprender lo que es importante para nosotros, como lo son nuestros objetivos y valores.
  2. La autoevaluación precisa nos permite vernos a nosotros mismos como realmente somos. Por ejemplo, cuando el jefe te pide que emprendas algo nuevo, la autoevaluación es la habilidad que te ayudará a responder con precisión si sabes o no cómo lograr lo que te piden. La autoevaluación también entra en juego después del hecho, cuando reflexionas y aprendes de tus experiencias. Te ayuda a seguir aprendiendo y a recibir comentarios de los demás.
  3. La autoconfianza es uno de los hermosos resultados de ser consciente de tus fortalezas y valores. Cuando estás seguro de ti mismo, sabes quién eres y ello te facilita aceptar y dejar ir lo que no eres. Esto es algo que los empleadores y los clientes tienden a valorar mucho. Cuando partes de la seguridad en ti mismo, y no de la falsa bravuconería que proviene del exceso de confianza, es ahí cuando surge la innovación que se manifiesta en el aporte de ideas y trabajo valioso.

Imagínate intentar tener cualquiera de estos rasgos sin ser consciente de tu yo interior. Simplemente estarías adivinando, y probablemente te equivocarías la mayor parte del tiempo.

James vs Julio: la autoconciencia en acción

Echemos un vistazo a otros aspectos importantes de la inteligencia emocional tal como se manifiesta en la cotidianeidad de dos compañeros de trabajo muy similares: Julian y James. Ambos tienen 38 años y trabajan como arquitectos en un estudio de renombre. 

A Julio, no le gusta pensar demasiado en las cosas. Ama su trabajo y tiene una verdadera habilidad para el diseño. Es uno de quienes son conscientes de estar tristes, enojados o contentos, pero no mucho más allá de eso.

Por otro lado, como arquitecto, James no sólo es analítico, sino también introspectivo. Ha tenido bastante práctica para ser consciente de lo que sucede tanto en su mente, como en su corazón y entrañas. También ama su trabajo, pero su nivel de autoconciencia le lleva a abordar las cosas de una forma diferente a la de Julio.

A continuación te compartimos algunos momentos interesantes que sucedieron recientemente en la firma de arquitectura para la que ellos trabajan:

Regulación emocional

Es viernes a las 4 p. m. y el equipo acaba de recibir la noticia de que el cliente cambiará las especificaciones de una entrega prevista para el lunes. Producto de ello, todo el mundo está de mal humor y estresado.

James se molesta y sabe que tiene un poco de mal genio. Sin embargo, para evitar hacer el ridículo, se toma un minuto para respirar antes de decir algo.

Julio a pesar de la presión, está aparentemente tranquilo, pero comienza a tener dolor de cabeza y molestias en la zona abdominal. Necesita tomarse el resto del día para recuperarse. A causa de ello, en un momento tan decisivo, el equipo tiene un hombre menos.

Empatía

En otro proyecto, otro cliente acaba de dar una respuesta negativa y Flor, quien presentó el trabajo, está al borde de las lágrimas.

James recuerda un momento en el que un cliente lo molestó, lo horrible que se sintió y lo que deseaba que alguien le hubiera dicho en ese momento. Se toma unos minutos para tranquilizar a su angustiada compañera de trabajo.

A Julio en realidad, hace una semana lo reprendieron. No quiere pensar en ello. La vergüenza que esto le provoca burbujea bajo la superficie de su conciencia, haciéndolo sentir realmente incómodo sin saber por qué. Se siente un poco mejor una vez que le hace unos comentarios pasivo-agresivos a Flor. No obstante, ella se siente peor.

Habilidades Sociales

David, el responsable de la cuenta, está teniendo un día horrible y hace que todos los demás paguen por ello. En la reunión del equipo, sus sonrisas y bromas habituales han sido reemplazadas por ceños fruncidos y quejas. El ambiente es tenso.

James quiere intervenir y preguntar qué pasa, pero decide esperar. Cuando llega el momento adecuado, sale con un chiste que rompe la tensión y hace reír a todos, incluso a David. El resto de la reunión se siente mucho más normal.

Julio no soporta lidiar con las emociones de otras personas. Sin darse cuenta, se desconecta de la reunión para evitar el mal humor de David. Al no estar atento, se pierde de algunas actualizaciones e importantes aspectos clave sobre su proyecto.

Motivación

El próximo mes comenzarán dos nuevos proyectos: un centro de negocios ultramoderno y un pequeño museo de historia.

James considera que el compromiso cívico es muy importante; es uno de sus valores fundamentales. Aunque el museo de historia es menos prestigioso, solicita estar en ese proyecto. Su pasión por retribuir a la comunidad lo ayuda a seguir adelante incluso cuando el cliente demuestra ser muy exigente.

Julio está emocionado de poder agregar un edificio de alto perfil a su cartera, por lo que aprovecha la oportunidad para diseñar el centro de negocios. Cuando las cosas se ponen difíciles, se encuentra luchando por seguir preocupándose por el proyecto. Después de todo, ya tiene muchos otros trabajos magníficos en su portafolio.

Adaptabilidad

Ha llegado el momento que todos temían: la empresa está cambiando oficialmente el software CAD que todos sus arquitectos deben utilizar.

James sabía que este día llegaría, por eso ha estado investigando y practicando con varios programas cuando tiene tiempo libre. No le gusta exactamente tener que empezar de nuevo con software que no conoce, pero sabe que mantenerse actualizado es importante para su carrera.

Julio aprendió el software antiguo muy fácilmente y es bastante bueno en ello. No concibe por qué el cambio es siquiera necesario. Por ello, está buscando maneras de evitarlo. Cuando surge la oportunidad, a pesar de que el trabajo que hará es bastante aburrido y no avanzará en su carrera, pide que lo asignen a un proyecto con un cliente que solicitó específicamente que se use la versión antigua del software. 

Como puedes ver, la autoconciencia de James hace que su vida laboral sea mejor, reduce su nivel de estrés, mejora su desempeño y lo ayuda a ser un buen miembro del equipo. Julio, por otro lado, sigue perdiendo oportunidades y desanimando a los demás porque está controlado por emociones que no comprende.

Piensa en este tipo de escenarios que se repiten año tras año y podrás imaginar que en comparación con Julio, James terminará llegando mucho más lejos en su carrera.

¿Eres consciente de ti mismo?

Nuestras emociones provienen de un flujo constante junto con nuestros pensamientos racionales. En este contexto la mayoría de las personas sólo se vuelven conscientes de lo que sienten cuando sus emociones empiezan a desbordarse. Como cuando se ponen demasiado tristes, enojados o contentos y no logran ignorarlo por más tiempo.

Si quieres ser más consciente de tí mismo, el primer paso es bastante sencillo:

Pasa un tiempo solo, sin hacer nada.

Como menciona Daniel Goleman, no hacer nada es “una forma tradicional de ponerse en contacto con la voz más profunda y tranquila de tus sentimientos”. Si esa voz ha estado silenciada durante mucho tiempo, debes aprender a escucharla nuevamente.

Si has estado rodeado de ruido constante y distracciones durante mucho tiempo, puede que al principio te parezca un poco extraño. No te detengas, sigue intentándolo.

A continuación se ofrecen algunos consejos para empezar:

  • Elige una actividad tranquila y solitaria que te guste. Podrías intentar salir a caminar, darte un baño o recostarte en un lugar cómodo. 
  • Deja el teléfono atrás (o ponlo en silencio). Apaga el televisor (en serio, no te saltes esto).
  • Quizás descubras que mantener las manos ocupadas libera tu mente. Incluso tareas como lavar los platos y doblar la ropa pueden ayudar.
  • Si sigues distrayéndote, prueba con un cronómetro. Comienza poco a poco (aproximadamente 5 minutos) y ve subiendo.
  • A medida que surjan pensamientos y emociones que te atraviesen, obsérvalos pero no te detengas a analizarlos. Si algo te despierta curiosidad, pregúntate: “¿Por qué?”. y escucha una respuesta.
  • Una vez que hayas terminado, reflexiona sobre lo que notaste de tí mismo.

Recuerda ser amable contigo. El objetivo de la autoconciencia es conocer y comprender, no juzgar, ni criticar con dureza. 

Practica con regularidad “no hacer nada” y te sorprenderás de lo mucho que aprenderás.

Conclusión

En esta época de automatización e integración tecnológica, las habilidades blandas son más importantes que nunca. Las personas que sean lo suficientemente inteligentes y decididas para aumentar su inteligencia emocional encontrarán enormes ventajas con sus empleadores, clientes y colegas. Como esperamos te hayas dado cuenta, sin autoconciencia nada de esto es posible.

Así las cosas, la autoconciencia es la auténtica madre de toda inteligencia emocional.

por Milthon Gómez & Alicia Hall

Milthon Gómez y Alicia Hall son los cofundadores de Kressca. Juntos, suman más de 40 años de experiencia en el mundo empresarial y la consultoría en Estados Unidos y América Latina. Como parte de su proceso de aprendizaje permanente y la búsqueda de legado, ayudan a otros a tomar el control de sus carreras y de sus vidas. Les encantan los acertijos, la estrategia, la lectura, las películas de kung-fu y explorar el mundo.

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